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Valverde, más solo que la una

Ayer vimos a Alejandro Valverde más solo que la una. Vinokourov estaba con Kashechkin y Paulinho, Marchante tenía a Piepoli en el Saunier Duval y Carlos Sastre también cuenta con su gente del CSC en los momentos difíciles. Pero Valverde no tiene a nadie en Illes Balears. Y lo peor de todo es que ayer dio todo un recital de cómo se debe defender un líder contra las cuerdas. Respondió a todos los ataques en un alarde de clase y facultades y no se hundió nunca en Monachil, con lo que demuestra que es un auténtico crack. En este puerto subió a tal ritmo que hasta consiguió dejar atrás a Sastre. Logró llegar a la rueda de Vinokourov antes de coronar la cima, aunque sus esfuerzos le pasaron factura en el acelerón de Vino en el descenso.

Lo que no se puede consentir es que un corredor que aspira a ganar el Tour o la Vuelta no cuente con nadie que le apoye en situaciones claves como la de ayer. El resto de los conjuntos tienen gregarios que ayudan a sus líderes a pasar los malos tragos, pero Valverde se encuentra solo ante las amenazas. Recuerdo un refrán del gran ciclista Jesús Loroño que decía que "hasta la última raya no hay nada ganado". Y no puede haber más verdad en esta frase. Vinokourov dio una exhibición y parte con ventaja en el pulso que mantiene con Balaverde. Aunque estoy convencido de que si el murciano no hubiera sido el líder, habría atacado ayer para alcanzar el amarillo, porque sigue siendo el más fuerte de la carrera y todavía hay que confiar en él.