Sufriendo y esperando al Kun
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La era Aguirre comenzó de una manera muy atlética: sufriendo. Y eso que este nuevo Atlético hizo quince minutos primorosos, en los que marcó un gol y pudo meter alguno más. Después, como ocurrió tantas veces en pasadas temporadas, fue desapareciendo del campo. Y el Racing se hizo amo del partido y mereció empatar. Yo llegué a pensar que se cumpliría la maldición y que los tres puntos se quedarían en Santander, sobre todo cuando a Seitaridis, antes del descanso, le dio por autoexpulsarse con una entrada a destiempo y fuera de lugar.
Pero esto ha cambiado, supongo que se nota en eso la mano de Aguirre. El Atlético no volvió a jugar como en los primeros quince minutos, pero trabajó a destajo, todos se juntaron, todos lucharon para que no se cumplieran los designios que señalaban que el Racing iba a remontar. Y no lo consiguió de milagro y porque el Atlético tiene un porterazo, un Leo Franco en estado de gracia, un muro contra el que se estrelló el ardor guerrero del Racing. ¿El Kun? Aguirre se acordó de él demasiado tarde. Pero este chico formará una pareja temible con Torres. Cuando el técnico quiera. Confiemos en que sea pronto.



