Haka o el lado erótico del pánico
Tengo una teoría, que comparten algunos de los personajes con los que me reúno para tomar cervezas bajo el pretexto de ir a jugar al rugby. De entrada, mi teoría ha sido elaborada sin la presión de tener a un maorí del tamaño de un oso delante. Lo cual ayuda. Mantengo que cuando uno presencia in situ la Haka, escucha cantar a 70.000 gargantas galesas el 'Tierra de mis padres' o se cuadra ante 40.000 hinchas del Liverpool que se desgañitan entonando el 'You'll never walk alone' se acaba viniendo arriba.
Es como estar ante una mujer bandera (o un hombre, según casos). No tienes nada que perder y te acabas por venir arriba. Ver a Lomu o a Cameron a un palmo de distancia pasándose el pulgar por el gaznate (la nueva versión del Haka, el Kapa O Pango, simula que degollan al rival) no debe ser muy diferente, salvando las distancias, y esto de las distancias es más importante de lo que parece, a cruzarte en un semáforo con Scarlet Johansson, Leonor Watling o Elena Anaya. Temblor de piernas, sudor frío... es la erótica del pánico, Pasado el mal trago, te creces y, a veces, hasta sales triunfador. Dicen. Así que se me cuadran que toca Haka.