Diarra será el cuarto fichaje

En el Real Madrid se vienen manejando encuestas desde hace cinco años (efectuadas de forma informal entre socios y aficionados), que le sirven al club para calibrar las llamadas "peticiones del oyente". Ramón Calderón podía pensar hace tres semanas que no fichar a Kaká iba a suponerle un coste social peligroso para la estabilidad de su presidencia recién iniciada. Pero no es el caso. El Bernabéu y sus inquilinos saben mucho de fútbol. Por eso concluyen que Diarra, esa torre de ébano que casi no cabe en las portadas de AS, sería un refuerzo altamente considerado. Lo ven como un muro infranqueable, como el hombre del saco que de niños nos tenía arropados hasta las cejas, como Stielike y Makelele en la misma pieza.

Donde juega Kaká ya hay futbolistas cualificados como Raúl, Cassano, Guti, Baptista y hasta Robinho si me apuran. La línea de creación está como el Metro de Japón en hora punta. El único problema se ubica más atrás, donde sólo están Emerson (30 años) y Javi García (Gª Remón supo descubrirlo hace dos años). Diarra gusta a todos. A románticos y a pragmáticos. A menottistas y bilardistas. A cruyffistas y capellistas. Diarra será el fichaje del consenso.

El africano sólo tiene 25 años, lo que garantiza cinco años pletóricos en ese Bernabéu que va asumiendo la formación de un equipo graníticos, sin fisuras. Sé que algunos amigos míos se sienten como los fans de los Rolling Stones en Valladolid. Pero el Madrid de Capello no está afónico. Hablará en el campo...