¿Cabe Jurado en los planes de Aguirre?
Después de todo el paripé, Jurado será hoy rojiblanco. Bien. Tema zanjado. Pero ahora llega la parte realmente complicada de todo este enrevesado asunto. ¿Va a jugar el chaval en el Atlético? Si me preguntan a mí o a cualquiera que viese el naufragio creativo de los de Aguirre ante el Milán, la respuesta sería un tajante 'sí, por favor'. Jurado tiene (potencialmente, al menos) todo lo que le falta a este Atleti roto por la mitad: talento, visión, capacidad para el último pase, imaginación y sutileza. En un mundo ideal sería el complemento perfecto para los atacantes rojiblancos: el que buscará en profundidad y con espacio a Torres, el que encontrará al letal Agüero dentro del área y el que supiera ver cada incorporación por sorpresa de Maxi. Un motor. Un cerebro.
Pero en el fútbol sigue habiendo entrenadores, esa raza extraña. Y hasta el más sensato tiene sus manías. Aguirre no quiere mediapuntas ni mediocentros frágiles. Busca toros que vayan y vengan como si no hubiera mañana, que no sufran esas frecuentes ausencias típicas de los genios, prefiere todos los días un seis que alternar ceros y dieces. Jurado es un enganche clásico, de físico liviano y juego discontinuo, pero con minutos tiene talento de sobra para marcar diferencias. Ese es el quid de la cuestión: minutos. ¿Cederá el técnico y le dará esa continuidad que necesita o, fiel a sus principios, sólo tendrá el tiempo que deje Petrov (poco y fuera de posición)? En esa incógnita reside sin duda el futuro de Jurado y, muy posiblemente, el del Atlético. Aguirre tiene la palabra.