Una historia de amor poco frecuente
No creo en la fidelidad incondicional, me parece sobrevalorada. Todo el mundo estudia otras alternativas, duda y, a veces, cambia. Es normal, es humano. Las cosas duran lo que duran, se disfrutan y si acaban, duelen. Todo lo que termina, termina mal. Es ley de vida. Pero la gente utiliza conceptos como traición o mentira muy a la ligera. Son acusaciones muy graves que, si algún día deja el Atlético, acabará teniendo que soportar Fernando Torres. Y será una injusticia bestial.
Sí creo en la memoria, pero a veces es demasiado frágil. El Niño ha podido marcharse cada verano desde hace cinco años y no lo ha hecho. Y tenía motivos sobrados para ello, no nos engañemos. Se han sucedido las decepciones y han llegado pretendientes más ricos y más guapos. Aquí sigue. No lo olviden.
Ante todo, creo en los sentimientos. Torres renovará un año más. Quizás sea un gesto más simbólico que efectivo (si decide irse, lo hará), pero está diciendo quiero al Atleti, creo en él, este año va a ser el bueno y, si es el malo, lo habré intentado todo. Ese amor a prueba de bombas me alucina y me admira. Tal vez no dure siempre, pero mientras lo haga, disfrútenlo. Es una bonita historia.