Entre las aulas y la barra del 'Cantábrico'
El rugby es un deporte que nació en los patios de las Universidades y se fraguó en las barras de los bares. Un estudiante de veterinaria, de nombre Baldiri Adeu Torres, llevó el rugby a Sant Boi de Llobregat, donde mucho antes de que naciera Pau Gasol nació la UE Santboiana. Corría 1921. Unos años después, septiembre de 1939, en Valladolid, Pepe Hurtado (tío-abuelo de servidor de ustedes) entró en las dependencias del SEU y pidió "un balón oval y ropa para dos quinces". Meses más tarde, en la barra del 'Cantábrico' (calle Santiago esquina Plaza Mayor), Hurtado, apodado El Bufanda, junto al ingeniero Ángel Audibert y el inolvidable Pepe Rojo, El Topo, consiguieron completar el primer quince del rugby vallisoletano.
Luego recogió el testigo el Padre Bernés, cura francés profesor de El Salvador, que llevó el rugby al patio del colegio cosechando éxitos en categorías inferiores. Bernés, con la ayuda de los Enciso, saga que hoy perpetúa el capitán de la Selección, Alvar, levantaron los cimientos del actual Cetransa con la ayuda de los hermanos Berdugo, entre otros. Los chamizos encontraron una dura pugna en los queseros, del colegio Lourdes. Hoy, Cetransa El Salvador y Quesos Entrepinares VRAC mantienen esa sana rivalidad.
En Madrid, la mejor correa de transmisión para difundir el rugby fue la Universidad. Arquitectura arrancó en el año 31, pero no fue hasta su segunda etapa, a partir de los 70, cuando cosechó más éxitos. Otros colegios como Canoe, Cisneros o Liceo Francés protagonizaron las primeras páginas del rugby madrileño. En Andalucía despuntaron Monte Ciencias y la cantera del San Jerónimo. Y en el País Vasco el Guetxo abrió una senda que ha seguido el Bera-Bera. Ahora el fútbol amaga con aterrizar en un deporte que nació en las aulas de la Universidad y se consolidó en las barras de los bares.