Nos hace falta un cerebro
Aguirre no deja de pedir un mediocentro con garantías y no le falta razón. Los partidos que llevamos de pretemporada no sirven para otra cosa que para ensayar sistemas y jugadores que, a priori, no serán titulares, pero también para evidenciar lo que no funciona. Si algo ha quedado claro en tierras alemanas es que ni creamos juego, ni tampoco ocasiones de peligro. Da igual que pongamos juntos a Kezman, Torres y Agüero. Si no tenemos un media punta ofensivo, capaz de abrir el juego a Petrov o a Maxi por las bandas o de dar el último pase de gol a los de arriba, poco tenemos que hacer.
T odo lo que nos sobra en la delantera, nos falta en la medular. Con Costinha y Luccin aseguramos la presión y el control del balón, pero nos falta un centrocampista que lance al equipo. Kezman no puede ser el que sirva los pases de peligro a Agüero, ni el Kun puede jugar por detrás de Torres o de Kezman. Queda un largo mes para encontrar al hombre que ponga en marcha una maquinaria con muy buenas piezas. Sería penoso que la inversión que hemos hecho se fuera al traste por no dar con el jugador que necesitamos. Un cerebro, un buen pasador, serviría además para calibrar con exactitud la presunta valía de Petrov, Kezman o de Mista. Los tres, y especialmente los dos primeros, tienen la obligación de demostrar que la apuesta que se ha hecho por ellos no ha sido en vano.