Palizas, lesiones y médicos

La pretemporada de los equipos viene a ser como los detergentes que blanquean más blanco que ninguno. En ese mes y medio de preparación se ve el que quiere trabajar, el que simula que trabaja, el que tiene la cabeza en otro sitio y hasta el que quiere pero no puede. Con Capello no habrá sorpresas de última hora. Los canteranos que veían cómo se les pasaba el arroz ya están fuera. Aquellos que no quieren implicarse en el proyecto se marchará, y los que ven la orejas al lobo, trabajan a destajo. Distinto es cuando aparecen problemas físicos. El primero ya ha tocado a la puerta y se llama Emerson. Esperemos que no sea un nuevo caso que necesite tribunal médico.

Resulta sospechoso que equipos que manejan 300 millones de euros, profesionalicen al máximo todas sus áreas de trabajo y que, sin embargo, sigan pinchando en hueso en la parcela médica. Cuando un jugador como Emerson viene con el historial que viene, hay que posponer cualquier presentación antes de tener la certeza de que está apto para la práctica del fútbol. El caso Woodgate obligaría a tener las orejas tiesas. Uno de los mejores diagnosticadores de éste país, el Dr. Herrador, está fuera del Madrid. ¿Motivo? Haber acertado plenamente en que Prosineski no jugaría más al fútbol. Ahora que Capello muestra interés por cuidar hasta el mínimo detalle, debería cerciorarse de que no le dan gato por liebre.