Poco juego, pero mucha esperanza
No esperen por ahora nuestros lectores rojiblancos declaraciones altisonantes del nuevo técnico. Sarriugarte mide muy bien todo lo que dice y es consciente de que en este momento hablar de nombres propios es precipitado y hasta descortés. Primero, porque los futbolistas en duda escucharán de su boca su destino. Segundo, porque hasta que no ruede el balón con rivales enfrente, pocas reflexiones externas se pueden hacer. No quiere distraerse y ayer mismo echó balones fuera sobre la situación de los Arriaga, Ibon y Moya, que están sin equipo. "Es la dirección deportiva la que debe responder sobre ellos". Por lo visto, el Athletic se ha reorganizado y ahora cada cuál tiene un cometido. De ahí que no dejase a Meléndez meterse a médico al hablar sobre los plazos de recuperación de Lafuente. Sarriugarte da poco juego a los medios, pero transmite esperanza. Los titulares se los llevará el equipo.
El stage ha sido muy grato para todo el entorno. Este club necesita recuperar unión, estrechar lazos y entrenador, jugadores, directivos y prensa parecen tenerlo claro. Con atenciones como las que ha habido en Francia, superado algún fantasma más propio del régimen anterior que se ha esfumado por el lógico peso de la coherencia, se ven mejor las cosas. El aficionado que no haya cogido aún vacaciones puede desconectar un tiempo, relajarse. Me da la sensación de que el Athletic ha caído en buenas manos. Y los que chutan el balón creen en lo que se hace.