Llegó el brasileño y no es Kaká

Con un año de retraso aterriza Emerson en Madrid. Entonces dio calabazas por Fabio Capello y ahora llega encantado, también por culpa del técnico italiano. En este fichaje no hay dudas sobre lo que piensa el entrenador. Capello lo arrastra desde su etapa en el Roma. Es la teoría del blindaje expuesta en otras columnas. Para el actual entrenador es más importante rodearse de hombres de plena confianza como Emerson antes que contratar jugadores de corte galáctico. Otra cosa es lo que opine el socio madridista, ensimismado con promesas electorales que no acaban de llegar. Porque ayer, en la presentación de Emerson, la figura de Kaká revoloteaba por todos los rincones. Sin duda, ese brasileño es el que revolucionó la pasada campaña electoral.

Pero no especulemos más porque si Ramón Calderón reitera una y otra vez que Kaká vendrá al Madrid, es que así será. Emerson representa el regreso del tipo que maneja el centro del campo sin exquisiteces pero con muchos kilómetros recorridos en sus piernas, el Makelele de toda la vida que se había echado en falta en las últimas temporadas. A nadie le regalan ser titular en Brasil y él presume de ello desde hace cuatro años. Aunque ayer le bautizara su nuevo presidente con el nombre de Ernesto y aunque su camiseta apareciera sin número, seguro que al final del ejercicio es uno de los jugadores más reconocidos por su trabajo oscuro y fundamental para el juego de conjunto. La puesta de largo fue discreta, como su trabajo en el campo.