Más vale tarde que nunca

Me gusta Cannavaro porque no es sólo un defensa, es un jefe. Me gusta porque, para compensar su baja estatura, casi ridícula para un central (1,76), desarrolló un tratado sobre la anticipación y la caza de gigantes. Lamento que no haya sido reconocido como el mejor futbolista del Mundial, pero ese premio no se puede comparar al privilegio de levantar la Copa. Por Zambrotta siento absoluta predilección. Destacó como extremo derecho en el Bari y ha deslumbrado como lateral izquierdo en la Juve y la selección. Esa maravillosa polivalencia me hace pensar que no habría equipo en el mundo capaz de vencer a once 'zambrottas'.

Admito que Emerson no me entusiasma tanto (prefiero a Xabi Alonso,), pero reconozco en él al centrocampista generoso y oscuro, feo como deben serlo, entregado y obediente. Tal vez me condiciona que un día renegó del Madrid y los grandes clubes (creo) deberían tener la memoria de un elefante y el orgullo de un hidalgo. Los tres son buenos fichajes, sin duda, y es hasta posible que nos hagan olvidar un día que llegan cinco años tarde.