Dejar de lado al club y ser ahora equipo
Que conste que uno trata de ilusionarse con todo en este Athletic convulso, fuente inagotable de problemas. La llegada de Sarriugarte al banquillo, un hombre con preparación y carácter, reabre las expectativas de éxito. Confieso que su grupo de trabajo me sorprende más que la designación del nuevo dueño del banquillo. Con la marcha de Clemente no se soluciona todo, porque en realidad hay varios cabos sueltos por atar en el club. Uno de ellos es el de Zubiaurre, a quien la entidad rojiblanca guardará uno de los 25 dorsales sin saber cuándo podrá contar con él. Lo que es seguro es que no empezará la Liga. Otro, terminar con esa sensación de mala organización que dejan episodios como el del pasado jueves en Ibaigane, donde se evidenciaron serios problemas de comunicación.
S i bien en los últimos tiempos el patrón que se estaba marcando en la dirección de Lezama no era atendido ni por el técnico ni por el núcleo de poder de la directiva, ahora todo el rumbo está en esas manos. No sería bueno confundir los términos, porque también deben coexistir ideas diferentes, la discusión enriquece. No obstante, mientras se habla de entrenadores, directivos que se pueden ir, preparadores de porteros y demás, los que pueden arreglar todo esto llegan hoy a Lezama. Son los 30 futbolistas a los que deberá examinar desde hoy Sarriugarte. Tengo ganas de ver el balón en la hierba, aunque sea en entrenamientos. Que el Athletic deje de ser club y pase a ser equipo.