¡Qué pena, votaré en blanco!

¡Qué pena, votaré en blanco!

Hace cuarenta días, me dijo un importante dirigente del Madrid: "Tomás, no seas malpensado. El próximo presidente será el que quieran los socios y aquí nadie va a tomar partido por ningún candidato". Pues me río de Janeiro. El día que se conozca en profundidad todo lo que ha ocurrido en esta tortuosa campaña electoral, muchos socios y abonados quemarán su carnet en la Puerta 0 del Bernabéu asqueados por tanta falta de respeto a la institución más grande de la historia del fútbol. Espero que la jueza suspenda el voto por correo por el bien de todos.

No tengo pruebas (para eso está la Policía Judicial), pero me consta que en las últimas 48 horas han aparecido sacas y sacas con votos llegados al estadio como si fuesen remesas de judías y lentejas en tiempos de posguerra. Lo más triste es que algunos empleados veteranos, madridistas de corazón, se fueron a dormir anoche abochornados por semejante espectáculo. Desconozco quién se beneficiará de esta nueva tropelía (lo acabaré sabiendo, soy un periodista bastante terco), pero los autores de la inmoralidad han conseguido su burdo objetivo. Un servidor, el socio 16.823 (en septiembre me darán la insignia de plata por mis 25 años de antigüedad), ha decidido acudir este domingo a las urnas para votar en blanco. El color de nuestra sagrada camiseta. ¿También van a intentar manipular mi voto neutral por no querer pasar por el aro de la indignidad? Si don Santiago Bernabéu levantase la cabeza...