En manos de la pipera y el buen juego
Me niego a hablar de Raúl, y de Cesc, y de lo que guarda en la manga Luis. Hoy toca pensar en el equipo, en el grupo que ha deslumbrado. No tenemos un Maradona que pase a la historia por ganar el Mundial él solito. Pero sí existe una generación que dará guerra en los dos próximos mundiales. También tenemos un técnico que sabemos a qué quiere jugar, que ha mamado el fútbol durante 60 años, que no ha venido a Alemania para pelearse con la Prensa. Tenemos todo para ser campeones o para caer en octavos o cuartos con las botas puestas. Tenemos hambre, hambre de medio siglo.
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Ni un buen día de Zidane o Henry nos puede hacer temblar. Ninguno de los dos atraviesa su mejor momento. El primero pone punto final a su brillante carrera si hoy pierde ante España. El segundo ha perdido la final de la Champions contra Puyol, al que hoy tendrá enfrente. Si ponemos un ritmo alto, una jugada puntual no va a decidir la eliminatoria. Si salimos a por el partido, que los franceses se den por muertos. Ahí está la clave, en no perder nuestra identidad cuando llegan los envites fuertes.
Domenech nos teme y por eso se muestra desafiante. El gallo amenaza, pero no pica si le haces frente. Repasen uno a uno a los jugadores de ambas selecciones. Uno por uno ellos son mejores. Siento decirlo. Pero les falta ambición, el coraje y la moral de Aragonés. Más que nunca, pido que la suerte nos acompañe, como a la pipera de Luis, que esa sí que tenía culo.




