Alonso, Sainz, Nieto y el Real Madrid
El fútbol es un deporte capaz de devorar todo lo que se le pone por delante, pero si a esa voracidad añadimos el factor Real Madrid se convierte en un depredador al que nada o casi nadie sobrevive. Este club está ahora en pleno proceso electoral y sus candidatos, al margen de castigarnos diariamente con originalidades como fichar padres de súper cracks pagados con el dinero del prójimo y a los que nunca veremos el pelo (por cierto yo peso cuatro kilos más que Ronaldo y mi padre escucha ofertas) o despellejarse entre ellos a pesar de considerarse buenos cristianos, han tenido que recurrir al deporte del motor para intentar ganar un poco más de notoriedad y credibilidad.
Fernando Alonso, Carlos Sainz y Ángel Nieto, dieciséis títulos mundiales en liza nada menos, son parte de un juego mediático que tiene un único objetivo: salir en televisiones, radios y periódicos para lograr más votos de los socios madridistas. No sé cómo se han prestado a esto y que pueden aportar al fútbol y al Real Madrid pero de lo que sí estoy seguro es de que la Fórmula 1, el motociclismo o los rallys no tienen nada que ganar mezclándose con personajes con ideas tan rancias y que se alejan mucho del concepto de modernidad con el que estamos creciendo poco a poco.
El fútbol está inmunizado contra todo y sobrevive tranquilamente a escándalos como el 'Moggi-gate' o a lo que se tercie. Al deporte del motor nos queda mucho camino por recorrer y podemos salir bastante malparados de esta fiesta playera de la calle Concha Espina, aunque nos representen apellidos tan ilustres y prestigiosos como los de Alonso, Nieto o Sainz. No entendemos de colores ni de candidatos, sólo de velocidad y de carreras.
Miren como Rafa Nadal, Juan Carlos Ferrero o Sergio García, reconocidos madridistas que juegan al tenis y al golf, se han mantenido al margen. Ahora que somos el segundo deporte de España (gracias ACB) y el fútbol nos mira con respeto, a ver si lo vamos a estropear por salir en una foto movida y en blanco y negro en el palco del Bernabéu. Como dice mi representante (mi padre), zapatero a tus zapatos...