Si necesitas pan, compra mucho trigo
Para lograr el primer título de su historia, Unicaja hizo lo más conveniente: fichar campeones. Misión cumplida, señor Garbajosa, se irá usted a la NBA con una trayectoria inmaculada en Europa: Copa y Recopa con el Tau, dos copas y dos ligas con el Benetton, Copa y Liga con Unicaja. Mision cumplida, señor Marcus Brown: ocho temporadas en Europa, siete títulos de Liga (dos en Francia, dos en Turquía, dos en Rusia y, ahora, uno en España). Misión cumplida, señores Pepe Sánchez (campeón olímpico), Daniel Santiago (ganador de la Lega), Stephane Risacher y Florent Pietrus, campeones en Francia. Hasta el último del banquillo, Jesús Lázaro, tenía un título de Liga en su palmarés (TDK Manresa). Unicaja quería una bomba. Acumuló pólvora.
No crean que me olvido de Sergio Scariolo, que anoche cosechó el tercer anillo (o reloj, en este caso) de su carrera: Scavolini Pésaro, Real Madrid y Unicaja. Me vino a la mente lo de anillo porque era día de adictos a la gomina y los trajes de Armani. Horas antes, Pat Riley (modelo estético de Sergio) había ganado la NBA. Scariolo, profesional meticuloso, enfureció al público vitoriano con su último tiempo muerto. Quizá se pasó de prudente, pero pienso que hizo lo correcto. Estaba un título en juego y en cinco segundos pueden ocurrir muchas cosas. Balón perdido al sacar, triple contrario... Además, Sergio jamás ofendería voluntariamente a una afición y un equipo que fueron su primera familia en España. Haya paz y felicitemos al justo vencedor.