Unipublic es la empresa que organiza la Vuelta y se ha alineado en el grupo de la tolerancia cero. Motivos da para creer que es as ahí están los positivos de Heras, Santi Pérez y Hamilton en la Vuelta. Es importante que cada vez sean más quienes estén dispuestos a luchar contra el dopaje con todas las consecuencias. Ahora Unipublic se dispone a dar un paso que pocas gentes del ciclismo se han atrevido: reconocer la dura realidad. Esta dura realidad es la de que los padres no quieren que sus hijos sean ciclistas por culpa del dopaje. Y, en conciencia, sería una canallada dejar en herencia a futuras generaciones un deporte en el que los corredores no entendieran la competición sin la administración de fármacos y química.

Como eso ya está pasando, Unipublic lo va a denunciar en las imágenes que tiene preparadas. Un niño quiere ser ciclista y ve que algo pasa; sus padres hablan de cosas que él no entiende. Un día le cambian la bici por un balón. Ya no será ciclista, ni la gente le aplaudirá. ¿Vamos a seguir permitiendo esto? El ciclismo es bello, a los niños les llaman la atención las montañas, en el 63% de las casas hay una bicicleta, pero la presencia del dopaje lo ha ensuciado todo. El valiente paso que se dispone a dar Unipublic es una invitación a quitarse la careta para saber de qué lado está cada uno. Habrá profesionales del ciclismo que seguirán callados y sin mirar al frente, pero que al menos sepan que en su propio país las complicidades se han acabado.