Sí señor, así se pinta la cara

Sí señor, con algo más que un par. Jugando, sobándola cuando era necesario, machacando al rival, sin respiro, como si fuera una final. No tenía dudas ayer, y así lo reflejé en la columna, pero hoy veo asequible hacer algo grande. Porque en Leipzig, además de pintarle la cara a Ucrania y obligarnos al resto a que nos la pintemos con nuestros colores de aquí en adelante, los chicos de Luis han pegado un revolcón terrible al Mundial.

Sería injusto personalizar en nadie el triunfo. Porque del primero al último hicieron exactamente lo que mejor saben hacer. Y todos pusieron un plus. Los que defienden, tirando ruletas. Los que atacan, ahogando al rival. Y los que piensan, pensando más que nunca. El míster también cumplió su papel. Diría más. Luis tiene hecho el trabajo hace tiempo. Para aquellos que veían en él un veterano histérico que perdía el control, que sepan que estaba construyendo un equipo campeón. Sigan confiando, por favor. Merecerá la pena.