Para ganar sólo correr y callar
Imaginen que en la presentación de un equipo los deportistas que lo componen dejan claro que no se aguantan entre ellos y ante toda la prensa se declaran la guerra por siempre jamás. El concepto que yo tengo de la palabra equipo, el de un grupo de personas mínimamente organizadas que se ayudan entre ellas queda totalmente desintegrado ante semejante declaración de intenciones. Sigan imaginando que uno de estos deportistas por ganar dos carreras se ve ya ganador de las quince siguientes y que a su vez su compañero de equipo por vencer en otra ya se ve campeón del mundo. ¡Histórico!Lo malo es que esto que les cuento no es fruto de mi imaginación, ha sucedido en el mundial de 250cc y tiene dos protagonistas, Jorge Lorenzo y Héctor Barberá. No se quién es el crack que ha diseñado las estrategias del equipo Fortuna, si su manager, ellos mismos u otro tipo de iluminados que desconozco, pero lo que si que tengo muy claro es que no se pueden hacer peor las cosas.
Lorenzo, si o si, tiene que ser campeón del mundo en 2006 por moto y calidad, eso está claro. Todavía está a tiempo. Sobre lo que puede hacer un piloto como Héctor Barberá sigo teniendo mis dudas aunque tampoco es cojo. Un mundial no se gana buscando la competitividad de sus pilotos a través del enfrentamiento entre ellos, eso de si Barberá joroba a Lorenzo éste correrá más y viceversa, son teorías caducas que hoy nadie practica. Yo no soy nadie para decir como ganarlo pero veo muy complicado hacerlo con esta fórmula tan cutre. Yo si fuera Lorenzo, desde luego tengo claro lo que haría, mandaría a paseo al iluminado y me dedicaría a pensar más, correr y callar.