Siete, rojo, impar y pasa
Noticias relacionadas
Va dando saltos la bolita de la ruleta, el jugador aguanta la respiración y, de repente, zas, pleno. Eso es lo que ayer le pasó a Luis en Elche. Tengo que decir que me alegro. Por él, por Raúl, por la moral del grupo y por la fe que siempre ha mantenido el aficionado en la Roja, sea cual sea el seleccionador y el once titular. El gol tempranero de Raúl tiene un valor doble. Siete meses de sequía del capitán invitaban a la duda. Su cara de circunstacias en los últimos partidos también. Por eso Luis le despidió como a los toreros que abren la puerta grande, por eso la afición rompió a aplaudir cuando fue cambiado. Decíamos en la previa que Aragonés quería cargarse el debate de Raúl. Pues ayer se lo cargó.
Pero la fortuna tuvo un segundo apartado, secundario si quieren e igual de significativo. No le hacíamos un gol al arco iris, no veía puerta nadie, ni en jugada ni a balón parado. Se pone el seleccionador en plan docto a ensayar lanzamientos de falta y elige a Reyes como discípulo aventajado. Llega éste y tira un libre directo con la zurda en una posición que era para un diestro y la pelota, como la bolita en el casino, que decide entrar en el hueco elegido. ¿Son señales que nos llegan cara a Alemania? ¿Simplemente es la racha pasajera del jugador? No lo sé, pero quédense con la copla.




