El Kun, un grande que elige la camiseta de los grandes

El AS no es el agua; es decir: escribo sobre papel con voluntad de que lo escrito perdure, no como mero ejercicio literario. Metropolitano, rayas, equipo, historia, la certeza de que el Atlético de Madrid es mucho más que quienes lo componen (mañana, ayer, hoy) están siempre sobre mi firma aunque no las veáis; para muchos como yo son más que palabras, son consignas. Los seguidores somos, sólo, los propietarios morales del club pero sobre esa legión de resistentes descansa su grandeza, la garantía de futuro. La única garantía de futuro. Y aunque hoy no alumbre, este escudo es grande y su sombra llega lejos. ¿Por qué alguien llamado a ser estrella como Agüero acepta jugar en el Aleti? Porque sabe que la mediocridad no va ser la eterna compañera de un coloso ¿Por qué el Rojo, el equipo de los españoles en Argentina se reserva el diez por ciento de un traspaso posterior? Porque es ladino y conoce que la importancia del Atlético de Madrid es tanta que cualquier transacción desde sus filas tiene un precio de salida igual al del más alto. Negocio sobrevenido, un diez por ciento para la sequía, macanudo. El que viene lo vale. Este futbolista es muy bueno. Lo saben en la acera de enfrente y otras aceras, por eso les ha sentado tan mal y nos enchufan con la manguera del agua fría: que si es demasiado joven, que si no se va a adaptar... no, si les parece a los importantes los fichamos viejos y tan adaptados que se fatiguen sólo con pensar en volver a ver las mismas caras de siempre en el entrenamiento de mañana. No quiero hablar de jugadores pero éste me llama a la excepción y admito que quizás le tenga el enchufe de quien le vio debutar con quince años en la Doble Visera de Independiente. Es un fichaje alegre y da alegría. Nos hace asomar el orgullo y por el gesto del Kun volver a saber que, como siempre, los grandes eligen vestir la camiseta de los grandes.

Han llegado nuevos técnicos al club. Les deseo el triplete que consiguieron Miguel Angel Ruiz y Antonio Seseña: Liga, Copa y ascenso del filial en el mismo año. Les deseo la larga vida que en la secretaría técnica del club tuvo Víctor Martínez. Les deseo la calma que concede ver crecer su trabajo, ay. Y les deseo que cedan al contagio de una enfermedad que, una vez inoculada, lo peor que les puede pasar (no se conocen casos) es curarse: el sentimiento atlético.