Sucedió en Balaídos el 20 de noviembre de 1949. En el minuto 39 cayó lesionado Velasco y fue sustituido por un casi novel Antonio Ramallets que sólo había jugado dos partidos en primera división. En la segunda parte le marcaron los celtiñas cuatro goles. El domingo siguiente se alineó en Les Corts contra el Español y fue derrotado por 1-2. Hubo dudas si sustituirle por Quique pero el míster le dio confianza y acabó la liga como titular. En la Copa duró poco porque el recién ascendido Santander le marcó cinco goles en El Sardinero. Ello le permitió formar en la expedición que fue a México para preparar nuevos jugadores de cara al Mundial de Brasil. Sorprendió que Guillermo Eizaguirre le incluyese entre los preseleccionados y mucho más que fuese preferido a Lezama cuando se confeccionó la lista de los veintidós viajeros.

Viajó a Brasil como tercer portero, por detrás de Ignacio Eizaguirre y Acuña. Sin embargo se alineó en el segundo partido, ante Chile y tuvo una actuación extraordinaria. Repitió frente a Inglaterra y mantuvo su puerta invicta. ¿Qué pasaría hoy si en el Mundial se alinease un portero que sólo hubiese jugado dieciocho partidos al máximo nivel en toda su vida? Pues eso lo hizo Ramallets. Y volvió de Brasil consagrado y como titular a un Barça que fue uno de los mejores de su historia, el de las 'cinco copas' que fueron muchas más. Doce años sin que apenas faltase a un encuentro e internacional hasta el 18 de mayo de 1961 contra Gales, su 35º con España.