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La retirada de Zidane y de Oiarzábal

Las biografías sobre grandes deportistas suelen pormenorizar sus comienzos, esos tiempos trufados de incertidumbre, de deseos y sueños, de muchos esfuerzos y esa pizca de suerte, y también de talento, que los pusieron en el camino de las estrellas. Pero raramente se le dedica espacio a contar cómo lo dejaron, más allá del burocrático "se retiró tal día de tal año". Sin embargo, ese momento, tan cruel como inevitable en la biografía de un atleta, es una auténtica piedra de toque para conocer la verdadera talla de un deportista de élite. En estos días, dos grandes deportistas, Zinedine Zidane y Juan Oiarzábal, han declarado que lo dejan. Zizou se ha presentado ante las cámaras y micrófonos para hacer pública su decisión.

Se ha comportado como el caballero que siempre ha sido dentro y fuera del campo pues lo ha hecho sin despotricar contra nada ni contra nadie y renunciando al año de contrato que le quedaba con el Madrid. A los que tanto hemos disfrutado con su juego y su elegancia sólo nos queda agradecérselo y desearle que disfrute de su última participación en un Mundial y lo mejor para el futuro. Por su parte, mi amigo Juanito no ha convocado rueda de prensa, para alivio de los periodistas que hubieran tenido que cubrirla pues se encuentra en el campo base del Yalung Kang. Allí (¿dónde si no iba a tomar una decisión tan importante quien tiene uno de los mejores palmarés mundiales de ochomiles?), Juan ha descubierto que ya no se divierte escalando grandes montañas; que a su cuerpo cada vez le cuesta más acompañarle. Y no lo ha dudado. Ha optado por hacer público que lo deja. Ha decidido ser el hombre y el deportista honesto y sacrificado que siempre ha sido y asumir la realidad sin engañar a nadie ni, sobre todo, a él mismo. Yo sólo espero convencerle de que vuelva una vez más de expedición con nosotros, con más calma, menos presión, y con el único objetivo de reencontrarse con el placer de la escalada. Oiarzábal no se merece irse envuelto en tristeza de la montaña, ese universo vertical que tanto le ha dado y a quien ha dedicado lo mejor de su esfuerzo dejando, de paso, un ejemplo indeleble para el futuro. Quienes, como Zizou o Juanito, muestran la mejor cara del deporte incluso en la hora de su despedida, tan honesta como elegante, jamás se irán del todo de nuestra memoria.

Sebastián Álvaro es director de 'Al Filo de lo Imposible'