A Pamplona sin los mimos de Martín

Los gestos napoleónicos de Fernando Martín hacen pensar que el domingo se sentará en la butaca, frente al televisor, pensando que ha dejado desamparados a sus chicos, indefensos ante la contundencia de los navarros. Y es que el presidente con más breve mandato en la historia del club llegó a creerse seriamente que la solución a todos los males era él. Y así se han perdido dos meses maravillosos para tomar decisiones y, lo que es peor, se les están dando nuevas coartadas a unos jugadores que han fracasado rotundamente por tercer año consecutivo.

Porque lo triste de todo esto es que la plantilla actual, por nombre, salario percibido y prestigio reconocido, está rindiendo a un cincuenta por ciento. Pero claro, esto tampoco sirve de mucho proclamarlo cuando López Caro, cada vez que acaba un partido y el bochorno es mayor, habla de grandísimo encuentro, de maravilloso compromiso y de exhibición generosa de los suyos. Así es imposible avanzar. Y me temo que el final de temporada va a ser incluso más tortuoso. Sobran candidatos, hay excedente de fichajes y los entrenadores se pegan por venir. ¡Vaya tela!