Hay que saber valorar este tesoro
Como sucedió en la Flecha Valona, en la Lieja también se vio un dominio del ciclismo español, pues no sólo fue Valverde. También Perdiguero estuvo fortísimo, aunque quizás demasiado valiente. Y especialmente Joaquín Rodríguez, a quien Alejandro debe parte del triunfo, pues supo controlar el grupo de favoritos en el momento más delicado de la carrera, en los dos últimos kilómetros, que es cuando siempre se decide la Lieja con una escapada. Esta vez no fue así, Joaquín controló y Valverde remató con una gran frialdad. No es porque sea español, sino objetivamente fue el mejor y el más inteligente. Fue muy listo cuando dejó ir a Bettini y no se picó. El esfuerzo que hizo el italiano en esos kilómetros cara al viento, lo pagó en los metros finales.
Me gustaría que la afición española supiera valorar este tesoro que tenemos en el ciclismo. Un corredor que ha ganado dos de las clásicas más importantes del calendario mundial. Si fuera italiano, belga, holandés, francés, suizo... seguro que sería portada en todos los periódicos de su país. En España parece que después de los cinco Tour que ganó Indurain nada tiene importancia y no nos acordamos que incluso cuando él estaba, los españoles hacíamos el ridículo en las clásicas y en los Campeonatos del Mundo. Estas carreras son el plato fuerte para muchos corredores de los países antes citados. Hay equipos que se juegan todo el año en ellas. Y este año ha venido un españolito y les ha quitado las presas delante de sus narices.