Undiano y dos amigos de negro
Las amistades sirven de poco o nada en el fútbol. Pesa más escurrir el bulto, no complicarse la vida. Así se hace más camino. Al Athletic le llevan dando la lata toda la segunda vuelta (pasada de Manolo Hierro incluida) con el tema de que se salvará de la quema porque Villar le ayudará y miren por dónde, ser colega del denostado presidente va a ser una barrera. ¡Mira que no echar una mano con lo que se necesitan los puntos! Villar estuvo ayer en Barakaldo viendo un partido de selecciones autonómicas cuando debía haberse metido en la caseta del colegiado. O haber intimidado a Undiano desde el palco para salvar a su histórico. Así, hubiera visto de cerca los dos penaltis de libro, algo más lejos que el árbitro y su línea, al que temblaba el banderín.
Lo de las confabulaciones es un cuento chino. Para que valoren mejor que lo de los favores por complicidad es una teoría muy cerquita, les contarés un detalle. Undiano tenía ayer sobre el campo a dos amigos vestidos de negro. No eran sus auxiliares. Se trata de sus paisanos Lacruz y Tiko. Al primero, ya le ha expulsado en San Mamés. Al segundo, no le ha regalado jamás nada. Prefiero hablar de fútbol, cada vez detesto más el tema arbitral. Pero anoche fue clave. El Atlético apenas ofreció detalles en ataque. El entramado defensivo de Clemente funcionó. Y los leones tuvieron más opciones de ganar. La duda está en si no debieron salir antes hacia arriba, porque los errores, hubo uno, se pagan caro. Jugar al ataque es sano.