El último tango de López Caro
Hace mes y medio la prensa inglesa escribía las primeras necrológicas sobre Wenger. La venta de Vieira a la Juve había desprovisto al equipo de su columna vertebral. Era el fin de una era. López Caro, mientras, era el salvador del Madrid. Increíblemente, no se descartaba la posibilidad de que Florentino lo mantuviera como entrenador la temporada entrante.
Tras la victoria del Arsenal sobre la Juve, Wenger es otra vez el mejor del mundo. López Caro, desdeñado públicamente por su nuevo presidente, es ahora el peor. Le queda una última posibilidad de no pasar a la historia del madridismo como un triste bufón. Que hoy el Madrid (el cansino Madrid) gane al mejor equipo de Europa parece poco probable, pero puede ser una ventaja. No hay mucho que perder. López Caro debe sentirse libre de apostar todo. Poner, como decía Florentino en su época romántica, a los mejores. Empezando (¡por el amor de Dios!) por Robinho y Cicinho. Y a todo el resto de la envejecida, pero magnífica caballería. Aún así, lo mejor a lo que se puede aspirar es a una derrota con honor. Pero el fútbol no es razonable. Si aquel Arsenal acabado ganó al Madrid en el Bernabéu, todo es posible.