La teoría de casa y campo
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Para entender al personaje hay que conocer su pensamiento de vida. Eso nos puede dar pistas sobre su forma de trabajar. Esto vale más para los entrenadores que para los jugadores. Los últimos, viven sus años de profesionales en una nube, rodeados de halagos, con dinero fresco en el bolsillo y apurando una juventud que nunca vuelve, para ellos tampoco. Pero en el caso de los técnicos es distinto. Su entorno, hasta sus creencias políticas y religiosas, se pueden ver reflejadas luego en el terreno de juego. López Caro, en la primera entrevista que le hice, me dejó todo muy clarito: "Soy de casa y campo". ¿Eh? Sí, casa de familia y campo de disfrutar en plena naturaleza. No se identifica con algunas tradiciones andaluzas. Le hablé de tapeo y casi se ofende.
Esa manera de circular por la vida debe dar una paz interior inmensa, la que demuestra Juan Ramón en cada rueda de prensa, pero igual le aísla un poco de la realidad. Que a estas alturas no arroje la toalla sobre su posible continuidad en el primer equipo, le honra como profesional pero debe ser el único que no ve ni escucha lo que se está cociendo para buscarle recambio. Sirvan estas líneas para orientarle de nuevo y decirle que será Ancelotti su sucesor. Y es esa sensación de que vive en un mundo idílico la que puede explicar una serie de errores graves que ha cometido como técnico. Zaragoza y, sobre todo Londres, han marcado el futuro. Al igual que otros, su sentencia llegó en la Champions.




