Alonso y la 'banda que dispara torcido'
Les recomiendo que lean un libro de 1965 titulado 'Grand Prix, en las carreras' escrito por Michael Frewin, una delicia para entender la F-1 de los años 50 y 60. Uno de sus capítulos está dedicado a la importancia de un director de equipo. Cuenta que debe poseer autoridad además de una personalidad notable, ser diplomático, comprensivo, buen psicólogo y recto. Esto es lo que esperamos de Briatore, pero cada poco tiempo este playboy se empeña en demostrarnos que eso de la rectitud no va con él. Ayer el equipo Renault cometió otro disparate con Alonso: tenía combustible como para ir de Sepang a Oviedo. ¡Ah, casualidad!, el gran beneficiado ha sido Fisichella. Nos tenemos que creer lo del fallo y la verdad es que pasado el calentón inicial me lo he creído, pero después de recordar los errores con los que esta escudería ha premiado a Alonso desde 2003.
En estos tres años, los 'Briatore Boys' no se han privado de nada: mala elección de neumáticos, estrategias de repostaje desastrosas, no comunicarle que hay un coche accidentado (Fernando acabó incrustado en los restos del coche de Webber), no dejarle pasar a Trulli cuando éste va dos segundos más despacio, parar a cambiar de neumáticos y no estar ni preparadas las ruedas, ponerle ruedas de seco en el diluvio de Brasil 2003, ponerle exceso de peso en la calificación de Hungría el año pasado... ¿Y se queja Briatore de que se marcha a McLaren? Trabajar con la 'banda que dispara torcido' tiene que ser desesperante y más cuando uno ve cómo funciona la competencia.