La ocasión la pintan calva

El Mundial trastoca los calendarios de todas las Ligas europeas. Hay que terminar a mediados de mayo. Eso, que siempre ha sido un trastorno para nuestro fútbol, se convierte ahora en la gran baza para que el Real Madrid ponga en orden su casa. Florentino Pérez comprendió en los últimos comicios que era una locura estar dos meses mareando la perdiz. Por eso propuso en Asamblea acortar los plazos electorales. Así las cosas, si Fernando Martín quiere, el club puede tener presidente antes incluso de que comience la cita mundialista en Alemania. El nuevo rector tendría tres meses por delante para comprar, vender y planificar. Si el argumento básico de Martín ha sido que citará a los socios a las urnas en el momento más oportuno, ahí lo tiene, a huevo.

Cualquier otra solución dejaría entrever un cierto apego al cargo del que ahora es presidente, un aferrarse a un puesto que no ganó hace tres años. Porque, al margen de lo que digan los estatutos, las elecciones en clubes que no son sociedades anónimas siguen siendo presidencialistas. Se vota una lista pero, por encima de todo, se vota a la persona que encabeza dicha lista. Parece mentira que Florentino, con esa visión de futuro que tiene, no cayera en la cuenta de que su dimisión tenía que haber ido acompañada de convocatoria de elecciones. Hubiese bastado esperar semana y media para, una vez certificada la eliminación de la Champions League, haber anunciado ambas cosas. Nadie podría entonces acusarle de desestabilizar. Sin embargo ahora...