El Madrid es todo menos un equipo

Los viejos cronistas hablarían de vergüenza y oprobio. Era el tópico recurrente cuando un grande de mordía el polvo sin arrugarse el traje. Eso hizo ayer el Madrid. Perdió sin despeinarse. Tiró la poca Liga que aún estaba en juego de forma miserable. Me resisto a caer en lo que caerán otros. Que si el partido del Arsenal les dejó muy tocados, que si hacía una noche de perros, que si el Mallorca de Manzano es otro. Mamarrachadas. Si el vaso de la paciencia de los aficionados estaba al límite, ayer rebosó.

López Caro no puede mantener un minuto más su discurso trampa de que ese equipo es una piña y que jamás vio trabajar igual. Vivir en un mundo irreal no le servirá para mantener una farsa que quedó nuevamente ayer al descubierto. Hay jugadores que no corren. Hay otros que corren mucho pero sin cabeza. Y los hay que corren a destiempo y no están capacitados para jugar en el Madrid. Así de claro. Y por la parte que le toca al técnico, ya lo dije tras perder contra el Arsenal: el rival parece que tiene estudiado cada movimiento y su equipo sale sin guión, a ver qué pasa. Y más. Hay jugadores a los que les aguantará difícilmente la mirada. Cassano y Baptista, por ejemplo. La vara de medir no está siendo igual para todos.