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Retromóvil, Enzo Ferrari y Valentino

Durante este fin de semana se está celebrando en Madrid la XI edición del Salón Internacional del Automóvil de Época, Clásico y Deportivo, el Retromóvil, la mayor concentración de chapa y amasijos de hierro oxidados relacionados con el mundo del motor además de una excepcional exposición de motos y autos a los que les doy la categoría de obras de arte. Solemos visitarlo cada año unas sesenta mil personas, fanáticos del olor a gasolina y de esos viejos cacharros que con nuestra afición colaboramos en recuperar y mantener como una parte de nuestra historia, un patrimonio que, para variar, importa muy poco a la administración (excepto para recaudar). En España no existe ningún gran museo del motor ni parece que lo habrá, solo pequeños grupos de aficionados que mantenemos viva a duras penas esa llama y que nos conformamos con que algún día nos dejen de ningunear con reglamentos absurdos de vehículos clásicos realizados por algún 'crack' del Ministerio de Industria, impuestos de circulación abusivos, por no hablar del calvario al que nos someten cuando intentamos obtener las fichas técnicas para la matriculación del vehículo o las trabas que nos ponen en la ITV o en Tráfico. Lo más complicado de revivir una moto o un coche no es la labor artesanal o la búsqueda de piezas, es legalizarlo. Pero ese vía crucis al que nos someten no va a acabar con nosotros, cada año somos más. Han florecido muchas publicaciones sobre el sector como Moto Clásica, Motociclismo Clásico, Motos de Ayer o Coches Clásicos que ya acompañan a la veterana Motor Clásico, lo que es sintomático de que cada vez hay más demanda. Incluso me cuentan que se está poniendo de moda tener un vehículo clásico.

Pero el Retromóvil también es una biblioteca improvisada para recuperar libros, revistas y documentos con los que ir refrescando la historia de la competición. En uno de esos viejos libros he encontrado la explicación del porqué Ferrari quiere a Rossi. Yo pensaba que era un montaje publicitario o una italianada de Luca di Montezemolo, pero el origen de esta obsesión está en Enzo Ferrari allá por los años cuarenta. Cuenta 'Il Comendatore' en un artículo titulado "Los pilotos que he conocido" que prefería los pilotos que habían competido antes en moto que en coche y razona el porqué. "Por su experiencia - explica Ferrari-, por sus conocimientos de mecánica, de su práctica de la velocidad y de su aptitud para meter las manos en la masa. John Surtees reunía todas las cualidades que acabo de mencionar. También utilicé a Nuvolari, Arzi, Taruffi, Aldrighetti y Serafín". Es decir, que si Rossi se va a Ferrari será el séptimo piloto de motos con ellos y no el segundo, y seguro que hay más. Como ven, además de para comprar viejos cacharros y recambios o aprovechar para pedirle a ese manitas de Pedro Ramírez, más conocido como 'Tarry', que afine mi Bultaco Matador MK IV SD como afinó mi Montesa Cota 247 MKII, en esta exposición de recuerdos hay mucha historia e historias que contarles.