No es que pretenda ser pesimista ni mal pensado, pero intuyo demasiadas incógnitas en este nuevo proyecto de Renault como para demostrar el entusiasmo que merecerían el equipo y el piloto campeón del mundo. Sería ridículo pensar que alguien va a boicotear a Fernando Alonso, faltaría más, pero me temo que el ambiente enrarecido por la marcha del asturiano en 2007 pueda tener sus consecuencias... si las cosas se tuercen. Me explico. Mi impresión es que este Mundial será de todo o nada, de blanco o negro. Si en Renault las expectativas se cumplen, Fernando volverá a ser el número uno indiscutible; pero si los resultados no acompañan, el desastre puede ser de los que no se olvidan.

Por ahora la situación es favorable. El coche es fiable, los pilotos están muy motivados, los rivales tienen problemas... En este contexto, pese al distanciamiento evidente entre el grupo que dirige Briatore y Alonso, todos los esfuerzos tendrán un objetivo común, nadie buscará responsabilidades ni culpables. Bien diferente será si los neumáticos no están al nivel esperado, las prestaciones se quedan atrás o surge un conflicto entre los pilotos. En ese caso, mucho me temo, ya no habrá sitio para paños calientes ni diplomacia, cada uno barrerá para su casa y la prioridad podría dejar de ser 2006... para convertirse en 2007. Ojalá que no sea así, que esta hipótesis nunca se concrete, porque entonces Fernando tendrá muchos problemas. Y sería una lástima, porque repetir está a su alcance.