El Niño decidirá en Barcelona

Me molestan aquellos que dudan de la calidad porque son personajes a quienes no les gusta el fútbol, sino que aplauden acciones de juego basándose en lo físico. Dudar de Fernando Torres es dudar de la calidad y del fútbol. Curiosamente, al Niño, al igual que a Raúl, normalmente le aparece una legión de detractores cada vez que tiene problemas con la portería contraria. Esos mismos se convierten en aduladores cada vez que acierta cara al gol. Algunos de los que hoy le critican dijeron, en su día, que era el mejor futbolista que ha vestido la camiseta rojiblanca; otros, que no paran de meterse con él, hace meses sólo escribían invitando al nueve rojiblanco a que diera el salto para enfundarse la camiseta madridista.

Torres es el mismo que hace meses. Sólo le falta la suerte que tuvo a principio de temporada. Quiero recordaros que, cuando le queríais sepultar, con sus goles a Bélgica y a San Marino le subisteis a lo alto del altar. El año pasado por estas mismas fechas escribí que Torres marcaría en el Camp Nou. ¡Y vaya que si marcó! Que se lo pregunten a Puyol y a Valdés. Ahora apuesto doble contra sencillo a que vuelve a mojar en Barcelona. ¿A ver dónde están los valientes que aceptan la apuesta? ¿Dónde están aquellos que piensan que el Niño está muerto? ¿Dónde están los que dicen que Torres es una milonga de la prensa? Fernando, tú tranquilo, que a los buenos no se os olvida jugar al fútbol. Los malos son los que nunca jugaron y piensan que saben.