Esperanza promete, sonríe y ...
Si te he visto, no me acuerdo. Y no me incordies. ¿Acaso no sabes qué hay tras las promesas, abrazos, efusiones de un político? Diciembre de 2003. Esperanza Aguirre, flamante presidenta comunitaria, acude a su primer partido de baloncesto. Y elige un Fuenla-Real Madrid de Liga ACB. Recibida con aplausos, luce su más esplendorosa sonrisa en el palco, saluda cordial al pueblo llano, reparte besuqueos y se manifiesta encantada con el ambiente, con el espectáculo. No entiende un carajo de lo que hacen aquellos chicos grandes lanzando un pelotón a unas papeleras, pero sonríe siempre. Y promete toda clase de ayudas y amores al pueblo y al deporte fuenlabreños.
Junio de 2005. Doña Espe vuelve a contactar con el Fuenla de basket, esta vez en la sede de la Comunidad de Madrid. El equipo acaba de lograr el ascenso a la ACB. La señora Aguirre aprovecha para recibir al club (directivos, técnicos, jugadores) y multiplica sonrisas, abrazos, besuqueos, fotos para la posteridad. Y, naturalmente, promesas, muchas promesas de incondicional y generoso apoyo. "Gracias, Fuenlabrada, por lo mucho que hacéis por el deporte en nuestra Comunidad".