Rendimiento y precio de galáctico
Noticias relacionadas
Cinco meses han servido para comprobar que su fichaje no fue un despilfarro. En ese tiempo se ha cargado el gafe que perseguía a los centrales que eran contratados a golpe de talonario en el Madrid. Elimina las dudas sobre si se pagó demasiado por un jugador con poca experiencia en Primera. Y prevalece su condición de central por encima de experimentos de Luxa o preferencias del seleccionador. A todo ello, añade un carácter indomable, hambre de juvenil y compromiso. Esto último es lo que más falta hace en un equipo acostumbrado a futbolistas que no piensan más allá de los tres o cuatro años de contrato.
Pese a todo, sigue faltando un poco de sosiego en su juego. La rapidez que atesora, mejor empleada, evitaría alguna de las tarjetas que ha visto. Se antoja necesario que empiece a mandar un poco más sobre el resto de la defensa. Y puestos a pedir, que no le mareen más con la polivalencia. Si el Madrid busca un central para muchos años, no es conveniente andar jugando con su posición cada mes. La última condición para que siga creciendo ya no depende tanto de él sino del grupo: en la medida que lleguen los títulos, será mayor su proyección.




