Empieza a tener muy mala pinta

Algo ocurre, la moral del Málaga está por los suelos y parece casi imposible que los blanquiazules sean capaces de ganar un partido. Habrá que ver si la derrota no repercute en el futuro. Aquí todos son culpables: dirigentes, técnicos y jugadores, pero ahora mismo los que tienen que sacar esto adelante son la plantilla y Antonio Tapia. El próximo 16 de mayo, fecha en la que concluye el campeonato, los dirigentes y dueños tendrán que dar la cara si el club desciende. El equipo mejoró con respecto al partido del Cádiz, pero está plano.

Repetimos. En casa hay que ser ambicioso. Tapia salió con dos puntas, pero tal vez alguno de ellos no se merecía jugar. Hay futbolistas que están en una baja forma alarmante, que no se entrenan durante la semana y juegan como titulares. Y su rendimiento se resiente. Otros, como Pablo Couñago, por poner algún ejemplo de jugador ofensivo y técnico, se quedan en el banquillo. Esto tiene mala pinta y se necesita un revulsivo de inmediato. No sé si será la destitución de Tapia, pero alguna medida hay que adoptar con urgencia para que el barco no se vaya a pique. La pasada temporada, el equipo estaba mejor clasificado y fue destituido Gregorio Manzano. Con esto, que nadie vea fantasmas y que todos apechuguen porque hay en juego muchos euros y, lo más importante, el sentimiento de una afición que lo da por el equipo y que ayer se equivocó al tomarla y criticar al presidente, Serafín Roldán. El Málaga es un sentimiento. Volveré.