Salvados por la estrategia
López Caro sigue ganando crédito día a día a golpe de coherencia. Si le reprochábamos que no repitiera equipo en la Copa el miércoles, anoche hay que agradecerle que premiara a los que hicieron disfrutar al socio el día de Sevilla. Además, también habrá servido para que los que lanzaban ya las campanas al vuelo se mesuren. Con los mismos de aquel día se ha demostrado que el equipo sigue cogido con alfileres. Desde Cádiz a Coruña saben cómo aprovechar el pasillo de inseguridad que se da por la banda que defiende Roberto Carlos. Todos conocen también la exasperante limitación de Gravesen para hacer circular el balón. Y tampoco son ajenos a la frialdad con la que el público se acomoda en la butaca del Santiago Bernabéu para examinar a los suyos.
Noticias relacionadas
Pese a todas esas limitaciones, es tal la calidad del equipo que en veinte minutos son capaces de golear a cualquiera. Ayer lo hicieron con un Cádiz que estuvo durante todo el encuentro muy ordenado, agresivo y valiente. No echemos en saco roto el trabajo de estrategia, muy abandonado por el anterior entrenador, pese a que se llenara la boca diciendo todo lo contrario en cada comparecencia pública. Han vuelto las señas de Benito Floro cuando se lanzan córners o faltas, existe entendimiento en los golpes francos cerca del área y, aunque ayer estuvieran muy finos Roberto Carlos y Beckham, se percibe que detrás hay elaboración.
Y lo mejor de todo, cada uno está en su sitio, jugando bien, como el día del Sevilla, o regular como anoche. Logrado ese primer objetivo, el siguiente paso que tiene que dar Juan Ramón López Caro es que tiene que poner a los mejores en cada puesto y ahí sí sigue habiendo algún lunar.




