Bienvenido el fútbol sala

Llega la hora del fútbol sala con la celebración de la Copa. El fútbol sala es un deporte muy nuestro, extendido discretamente por Europa y que, afortunadamente, también se juega en Brasil para mayor prestigio de este deporte. El fútbol sala, al contrario de lo que pudiera parecer, ha creado sus propias señas de identidad. Los malabarismos, el virtuosismo, la técnica y el manejo de balón de los jugadores superan en muchos casos la capacidad de quienes juegan al fútbol grande. Lo demuestran en cada partido metiéndose con la pelota en la misma portería entre una maraña de piernas. Es la suerte de tener en nuestras competiciones a los mejores jugadores del mundo, entre los que se cuentan los españoles.

De esta manera el fútbol sala se ha ido haciendo un hueco entre deportes clásicos. ¿Quién nos iba a decir que un Polaris-ElPozo pudiera superar por 50.000 telespectadores la audiencia del Manresa-Estudiantes de la liga ACB cuando hace tres meses ambos partidos coincidieron en un mismo fin de semana? O que la final del Europeo entre España y Rusia despertara el interés de 1,4 millón de personas, cifra que se sitúa en los niveles de audiencia que tuvo el Nadal-Grosjean de octavos en Roland Garros o la última etapa de la Vuelta. El fútbol sala, despacito, con modestia pero teniendo las cosas claras y sobre todo con espectáculo va ganando en aceptación. Ya ven, empieza a asomarse junto al baloncesto, el tenis o el ciclismo. Pues bienvenido.