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Pingüinos cumple 25 años

Hoy es un día muy importante en Boecillo, un pueblo muy cercano a Valladolid. Allí se celebra este fin de semana veinticinco años de 'Pingüinos' (y seguro que la victoria de Coma en el Dakar), una de las concentraciones de moteros más importantes de Europa que el año pasado tuvo más de veinte mil inscritos y que este año espera llegar a veinticinco mil. Fue una iniciativa que en 1981 decidieron llevar a cabo el Club Turismoto y que todavía hoy perdura porque las buenas ideas son eternas. Miles de personas que conviven durante tres días con una sola cosa en común, el amor por la moto, ese adorable artefacto que es aborrecido, despreciado y maltratado por la Dirección General de Tráfico, ayuntamientos y la administración en general. Porque los moteros no somos macarras ni chorizos y mucho menos ciudadanos de quinta división. Y es que tener una moto significa ser maltratado por las aseguradoras que pasan de nosotros, ignorados por ciudades y pueblos que no nos resuelven dónde aparcar, perseguidos por las autoridades de tráfico que no sé por qué pero les encanta pararnos en las carreteras para pedirnos lo que sea (y lo digo por experiencia propia) o aguantar todo tipo de tropelías de esos conductores mosqueados en mitad de un atasco que nos ven con recelo (si es que existimos en sus retrovisores) porque les pasas como una exhalación. Cosas que nos suceden y que acaban teniendo el rango de cotidianas. Pero lo que no aguantamos más es la inmoralidad de la DGT.

Aceptamos el incremento de las sanciones, el carné de puntos o lo que se tercie, pero además de sancionar hay que prevenir y ser previsor significa tutelar la vida de esos veinticinco mil motoristas que hoy volverán a sus casas desde Boecillo con carreteras llenas de guardarraíles asesinos que apuntan hacia el corazón de algún motero. Hoy el Rey recibirá el 'Pingüino de Oro' por ser "el primer motorista de la nación". Ojalá que en 2007 se entregue un 'Pingüino de Oro' a esa persona que entierre para siempre esos malditos guardarraíles, 'el primer político de la nación preocupado por un

motorista'.