Del Piero, un ejemplo para todos
Alessandro del Piero superó el martes a Gianpiero Boniperti como máximo goleador en la historia de la Juventus. Pinturicchio alcanzó, con su tripletta al Fiorentina los 185 goles, tres más con los que el genial Boniperti cerró su carrera en 1961, hace 44 años. Por casualidades que la historia suele reservar al fútbol como si este deporte fuera el jardín de todas las épocas, fue precisamente Boniperti, en su etapa como presidente de la Juventus, el que fichó a Del Piero para la Vecchia Signora en 1993. Cuando lo hizo quizá ya intuía que se traía a Turín al jugador que iba a romper su barrera. Si fue así quedaría probado que el amor a los colores existe, o al menos que existía en los años 60 y que ese espíritu sigue vivo hoy gracias a jugadores como Del Piero.
Estamos ante un jugador especial. Del Piero es un ejemplo para los jóvenes dentro y fuera del campo. No está contento con la suplencia, pero ha asumido que, pese a su nombre y a su trayectoria, debe ganarse el puesto en cada partido, con cada gol. Pese a ese sacrificio que otros futbolistas de menos historia se tomarían casi una afrenta, como pueden ser los casos de Vieri o el propio Cassano, Del Piero jamás ha levantado la voz, nunca ha roto un banderín ni se ha quedado en calzoncillos. Esos rasgos de profesionalidad le valen el respeto de Capello, que insiste con Trezeguet e Ibrahimovic pero que no consigue borrarle. También el de Lippi, que con 31 años se lo llevará al Mundial convencido de que en un instante mágico puede ser el salvador de Italia.