No vale fichar por fichar

No hay que retrotraerse mucho. El pasado año el Madrid acudió por primera vez al mercado de invierno y, ya saben, Gravesen. Naturista que ha salido el chico. La teoría del presidente, y por eso no hizo caso a los técnicos en años anteriores, es que si hay una perla para fichar, no está a tiro en diciembre. Si se deja querer es porque está en rebeldía en su equipo o, simplemente, resulta prescindible. En el primer caso, metes la zorra en el gallinero. En el segundo, estás fichando, como con Gravesen, a alguien del que puede prescindir un equipo de inferior nivel. Mal negocio.

Desconozco si los sesudos informes de Ramón Martínez han encontrado alguna joyita con intermediario dispuesto a facilitar el negocio. Ignoro si Butragueño ha visto lo que no han visto el resto de grandes en Europa en los últimos meses. Me temo que no. Me consta que salvo sondear a Cassano, y este nombre no viene de ninguno de los dos empleados aludidos, nada de nada. Y el italiano entra en el capítulo de jugador conflictivo que, igual pone firme a alguno en la caseta o, al primer mes, está pidiendo que le vendan. Resumiendo, creo más en las soluciones internas de una plantilla que me parece muy buena, que en fichajes salvadores.