Un Real Madrid adocenado
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Malos tiempos para aquellos que quieran innovar en el Madrid. Lo digo porque López Caro creyó que con un par de palizas físicas y apelando al orgullo, sacaba esto adelante. Incluso consideró que si Zidane no había trabajado como el resto, podía prescindir de su fútbol. Interpretó que había encontrado la panacea con Sergio Ramos bregando en el centro del campo. Y no. Este Madrid está mal acostumbrado. Por mucho que corran en los entrenamientos, otra cosa es hacerlo en los partidos. Y cuando llegan esos 90 minutos lo hacen de forma desordenada. No es una cuestión de vaguería. Es que han perdido hábitos como la presión y el desmarque.
El orden que habíamos atisbado en Málaga se convirtió ayer en atasco. Ramos no es jugador para canalizar el juego del equipo. Y Guti es como jugar a la ruleta rusa: o engancha dos pases de gol a Ronaldo, o pierde tres balones que te pueden costar otros tantos goles y, además, exaspera al personal. Se vio que la entrada de Pablo García daba un poco de estabilidad a esa zona. Se vio que la banda izquierda no es la de Robinho. Arranca mejor desde la derecha. E insisto, no se puede uno marcar lujos con Zidane. Estando horrible debe jugar en un equipo que, por momentos, resultó patético.




