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Aciertan suavizando el trazado

Si el toro sale con fuerza, habrá una bonita corrida. Esa es la impresión que me dejó el recorrido de la Vuelta. Un trazado que al gran público le puede sonar raro, pero que está dictado por el sentido común. Es más suave que el de 2005, no hay tanta montaña y las que aparecen no son las típicas pero es lo adecuado para el mes de septiembre. Es preferible que sea así y no que algunos tengan que buscar gasolina súper para poder aguantar... Quizá sea la forma de que no salten casos que haya que lamentar como los de Santi Pérez o Roberto Heras. No es de recibo que sólo el Liberty funcionara en la última edición y que cinco equipos acabasen con tres corredores. Eso es matar la Vuelta. Esta vez los organizadores se lo han pensado bien y han apostado por equilibrar las etapas.

Sí, es cierto que no aparecen los Lagos, que no se sube el Angliru, que los Pirineos se ignoran... Ya, pero en 2005 se decidió el ganador en la bajada de un puerto y en Valdelinares. Lo que hace falta es que acudan corredores de garantías, con hambre, porque en septiembre, tras el Giro, el Tour y las clásicas hacer a tope 3.200 km es un martirio. Por eso es un acierto salirse del ProTour, ya que dará opción a invitar a escuadras que ofrecerán espectáculo. Analizando kilómetro por kilómetro, es un recorrido que le viene como anillo al dedo a Alejandro Valverde, pero Unzué y Echávarri le quieren a tope en Francia así que no hay garantías de que se deje ver en una ronda que podría ganar. Aunque no sólo de Valverde viven los aficionados; Mancebo, Sastre, Pereiro... A ellos también les va bien.