Raúl es el ayudante de campo

Luis siempre ha sido un poco mitómano. Me explico. Considera que dentro del terreno de juego, cuando ya están once contra once, siempre tiene que haber un líder natural. Y ese coincide habitualmente con el jugador que resulta más decisivo en el juego. Igual porque él representó ese papel durante años como futbolista, siempre ha buscado como técnico alguien que supiera interpretar sus pensamientos a distancia. Recuerdo que cuando fue tentado por el Real Madrid en varias ocasiones a finales de los ochenta, me hablaba de Míchel con admiración. Incluso aprovechaba el aperitivo en cierta cafetería de Madrid para coincidir con el centrocampista y tantearle, por si al final aterrizaba en el Bernabéu. Ahora, el elegido para esa función es Raúl. Muy mal tiene que ir la recuperación para que no esté en Alemania.

Creo que Luis le puso a prueba hace nueve meses, cuando jugamos en Belgrado y dudó si debía ponerle de titular o suplente. En esa semana quiso ver si Raúl sacaba por un lado el carácter pero, al tiempo, sabía pensar en el grupo. Hizo ambas cosas. Puso cara de vinagre cuando no se vio en el once inicial, pero dio la cara con el grupo animando en todo momento. Era la prueba definitiva, la que le otorgaba los galones que van más allá de una simple capitanía. Luis necesita confiar en alguien por si hay que tomar una decisión inmediata sobre el terreno de juego, por si hay que presionar al colegiado, o provocar a un rival. Ese es Raúl.