Fernando Torres sigue haciendo esfuerzos innegables para ser el líder que necesita la plantilla atlética. Ayer salió a cara descubierta para colocar a Clemente a su sitio, para reivindicar el apoyo a Bianchi y la parte más importante reconoció su parte de culpa en la escasez de goles que está atravesando el equipo. El Niño atraviesa una de sus peores etapas como rojiblanco debido a la ansiedad que sufre ya que lleva más de dos meses sin anotar con su conjunto. Nunca le ha asustado la responsabilidad y sabe que las esperanzas europeas del Atlético pasan por sus botas. Este año le toca deslumbrar en la Selección y vivir las vacas flacas en el Calderón. La culpa es del dibujo. Luis le deja en punta como referencia y Bianchi le coloca como segundo delantero.

Espero que funcionen la opción de Kezman y Torres en paralelo ante el Alavés que ensayó el técnico argentino. El mejor fútbol que se ha visto por el Manzanares en las últimas temporadas fue la final de la Intertoto ante el Villarreal en la época de Manzano jugando el Niño en punta e Ibagaza como compañero. Es el momento de buscar combinaciones diferentes y evitar el enfado de una afición que va del disgusto al bostezo de manera apresurada. El problema es que lo que necesita la plantilla es que Fernando pegue algún puñetazo y grite más de la cuenta para que más de un compañero comprenda la importancia del escudo que defienden. Basta de excusas arbitrales o de mala suerte y llegó la hora para unos futbolistas muy lejos de su caché habitual.