Gallardón enseña sus cartas
Indignan las maneras de Gallardón con un club que ha hecho mucho por dar renombre a Madrid. Enterarse por la prensa de que el Calderón quiere convertirlo en un mirador con vistas a su faraónica obra, es una humillación. Resulta lamentable que el ayuntamiento de todos los madrileños, también de los atléticos, elabore un plan para demoler una instalación de tan alto valor sentimental, sin tan siquiera escuchar la opinión del aficionado. Tan penoso como el menosprecio a los dirigentes del club ocultándoles una información tan relevante.
De poco sirve que tras dar a conocer sus verdaderas intenciones, nos digan que el estadio podría salvarse. Que no nos mientan más. Ahora, más que nunca, necesitamos sentirnos representados por los responsables del club que deben hacerse respetar y no permitir, bajo ningún concepto, que nadie decida por nosotros. Con buen criterio, desde la entidad se ha dicho que el Atlético no va a hacer sacrificios altruistas. Nos iremos, y la alternativa de Alcorcón me parece magnífica, si los dirigentes y los aficionados decidimos hacerlo, siempre que con ello hagamos a este club más grande de lo que ya es. Aunque al alcalde no se lo parezca.