Es imposible espantar a los atléticos
Se anuncia un recrudecimiento de las obras en torno al Calderón y, como buen madrileño, considero que es mi obligación colaborar con nuestro Ayuntamiento para que saque adelante sus iniciativas para construir una ciudad mejor. La primera con el atractivo turístico de parecer un queso de gruyère. Bueno, pues busquemos más ideas para que logre ahuyentar a la afición rojiblanca del estadio. Podría martirizar a los aventureros que logren llegar al campo emitiendo sin descanso el gol de Schwarzenbeck por los videomarcadores. Luego debería encontrar un esqueleto de ratón en alguno de sus agujeros y declarar la zona yacimiento arqueológico.
También podría contratar a aquel australiano que en la final de la Copa Davis pinchó el himno de Riego para que, en su línea, plante el Hala Madrid antes de los partidos. Además la versión nana de Plácido Domingo, que espantaría al doble de gente. No debe olvidarse de elaborar un decreto-ley que anule todos los traspasos del último año: que vuelvan Salva, Nano, Novo, Sosa, Richard Núñez... Droga dura. Y, por último, puede descender directamente al Atleti a Segunda. Aunque bien pensado, eso ya sucedió y el club multiplicó su número de abonados. El Ayuntamiento se ha buscado un enemigo más fuerte del que puede derribar y debería empezar a acondicionar la zona. No va a echar a la afición del Calderón. Son irreductibles, como los galos de Asterix.