El melón ya está calado

Huele a buen fútbol y goles. No hay que tener mucho olfato, miren lo que ocurrió el pasado año. Normal con la cantidad de buenos jugadores. Además, en estos clásicos, los jugadores se olvidan de los dibujitos de los técnicos y se echan al monte. Por un día el instinto prevalece sobre las flechas de la pizarra. Es un día para ir al estadio con una sonrisa de oreja a oreja. Por eso me sabe mal que el titular pueda estar relacionado con los silbidos a Etoo. El camerunés dijo lo que dijo y ya pagó sufriendo la repulsa de sus ex compañeros. Pudiendo ir al fútbol para aplaudir, ¿para qué silbar? Nunca entendí los numeritos que le montaron a Figo.

Espero a Zidane, que nos debe varias desde el pasado verano. Espero las explosiones en cadena de Ronaldo y los centros medidos de Beckham. Espero también a Deco, que se lo perdió el pasado año. Y, sobre todo, a Xavi y a Ronaldinho, que con su juego, revalorizan la entrada que compramos. Y por supuesto, a Etoo. Igual no es un ejemplo de diplomacia y corrección, pero es muy bueno. Nunca he tenido dudas de que su ácidas críticas nacen del despecho y de un sentimiento madridista que sigue anidando en su corazón. Insisto, toca disfrutar.